Con una extensión de 91 hectáreas, este espacio natural es la representación mejor conservada del frondoso bosque de laurisiva que ocupaba toda la zona Norte de Gran Canaria.
Edificio del siglo XIX, de planta alta, cubierta plana, patio y traspatio ajardinado, en el que residió durante su infancia y juventud el poeta moyense Tomás Morales.
Construida en el año 1957 sobre la ermita primigenia en la que se fundó la Parroquia de la Villa de Moya, en 1515.
Conjunto de piscinas esculpidas en las rocas volcánicas de la costa moyense para el disfrute del mar sin riesgos por el fuerte oleaje de la zona.
Antiguo inmueble rural transformado en espacio de exhibición artística y dinamización cultural.
Situado a 1.350 metros sobre el nivel del mar, es uno de los volcanes más recientes de la historia geológica de Gran Canaria.
Promontorio basáltico que se adentra más de 300 metros en el mar y sobre el que se asienta una franja de viviendas unidas por estrechas callejuelas.
Camposanto que alberga cuidados y llamativos jardines y esculturas coronando varios mausoleos familiares.
Es uno de los barrancos más importantes y de singular belleza del Norte de Gran Canaria, integrado en el Parque Rural de Doramas y declarado Reserva Natural Especial.
Situada en la trasera de la iglesia de Ntra. Sra. de Candelaria, es una plaza-mirador con vistas al Barranco de Moya.
Es el yacimiento arqueológico más importante de la Villa de Moya, formado por un numeroso conjunto de cuevas naturales en las que habitaron los aborígenes canarios.
Datada en el siglo XIX, es una de las infraestructuras hidráulicas más llamativas de la Villa de Moya.
Dedicada al apóstol San Bartolomé, la primigenia ermita de Fontanales fue construida en el año 1635 y otra, posteriormente, en 1872.
Construido en la primera mitad del siglo XIX, es una infraestructura hidráulica de gran valor histórico.