Situado a 1.350 metros sobre el nivel del mar, es uno de los volcanes más recientes de la historia geológica de Gran Canaria. En la parte central se ha formado un cráter circular con estructura de embudo de 300 metros de diámetro y 150 metros de profundidad. Destacan las paredes muy escarpadas y las capas de fragmentos piroclásticos de tonos negros y rojizos, en contraste con la vegetación de la zona, principalmente, de pinar canario.